En medio de la creciente ola de robos de vehículos que azota a Parral, autoridades de los tres niveles de gobierno irrumpieron en el yonke “La Corta”, buscando pistas que los llevaran a desmantelar posibles redes de autopartes robadas. Agentes armados, vehículos oficiales y elementos de la Guardia Nacional rodearon el predio ubicado en el kilómetro 183 de la carretera vía corta a Chihuahua, causando expectación entre los vecinos que observaban el intenso operativo.
Durante varias horas, los investigadores revisaron cada rincón del establecimiento, desde automóviles desmantelados hasta motores cubiertos de polvo, en busca de piezas con reportes de robo. Sin embargo, pese a la movilización y el despliegue de fuerzas, el resultado fue inesperado: no se detectaron irregularidades. Ni una sola pieza alterada, ni un número de serie sospechoso. Todo parecía estar en orden, aunque las autoridades advirtieron que “esto no termina aquí”.

La Fiscalía General del Estado aseguró que las investigaciones continuarán y que las revisiones sorpresa en yonkes y talleres serán cada vez más frecuentes. Aunque el operativo terminó sin hallazgos, dejó claro un mensaje: nadie está exento de ser inspeccionado en la lucha contra el robo de automóviles en el sur del estado. Los habitantes, entre el alivio y la desconfianza, se preguntan si los verdaderos culpables están escondidos en otro lugar.
