Un fuerte operativo policial desató la sorpresa y el escándalo al sur de la ciudad de Chihuahua, donde elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado detuvieron a un oficial de la Policía Municipal y a su propio hermano. Ambos viajaban en evidente estado de ebriedad y portaban armas de uso exclusivo del Ejército, situación que encendió las alarmas entre las autoridades.
La intervención ocurrió en la colonia Rigoberto Quiroz, cuando los agentes marcaron el alto a una camioneta Ford Ranger cuyos ocupantes mostraban comportamientos sospechosos. Al revisar el vehículo, descubrieron que se trataba de Fernando N., policía municipal de 39 años, y su hermano Francisco N., quienes llevaban una pistola Beretta calibre 9 mm, cargadores para armas largas y hasta un sofisticado radio de comunicación, equipo comúnmente utilizado en operaciones tácticas.

La escena causó revuelo entre vecinos y transeúntes mientras el vehículo, el armamento y los dos hombres eran asegurados. Finalmente, ambos fueron entregados a la Fiscalía General de la República, donde ahora enfrentan un proceso legal que podría destapar un caso aún más grave dentro de las corporaciones policiales.
