Un fuerte terremoto de magnitud 6.7 sembró el pánico la tarde del miércoles en Taiwán, cuando el suelo comenzó a sacudirse con violencia y miles de personas vivieron momentos de auténtico terror. El movimiento telúrico, registrado en el sureste de la isla, provocó escenas de caos en viviendas, comercios y edificios, donde objetos volaron de estantes y la gente buscó refugio como pudo ante el inesperado estremecimiento.
Aunque las autoridades informaron que no hubo víctimas ni daños estructurales de gravedad, imágenes difundidas en redes sociales muestran el alcance del susto: personas evacuando apresuradamente, departamentos sacudidos durante varios segundos y supermercados convertidos en un desastre de productos en el suelo. El temblor se sintió incluso en Taipéi, la capital, lo que incrementó la sensación de alarma entre la población.
El sismo también fue percibido en regiones cercanas como Okinawa, Japón, lo que encendió las alertas en la zona del Pacífico. A pesar de que no se emitió una alerta de tsunami, las autoridades mantienen vigilancia ante posibles réplicas, recordando que Taiwán se encuentra en una de las regiones sísmicas más activas del planeta, donde la tierra puede volver a rugir en cualquier momento.
