El horror volvió a sacudir a Hermosillo, Sonora, luego de la devastadora explosión ocurrida en la tienda Waldo’s del centro, que dejó un saldo de 23 personas muertas y seis más hospitalizadas. La Fiscalía General del Estado confirmó que una persona tuvo que ser reingresada de emergencia al Hospital Infantil del Estado de Sonora, tras complicaciones derivadas del siniestro. Testigos relataron escenas de pánico, con vidrios estallando, fuego y gritos desgarradores, mientras los cuerpos de rescate luchaban por auxiliar a las víctimas entre los escombros.

Ante la magnitud de la tragedia, el Gobierno de Sonora ordenó el cierre inmediato de las 68 sucursales de Waldo’s en todo el estado, mientras avanza la investigación que apunta a un transformador defectuoso como posible causa del estallido. En varios municipios, elementos de Protección Civil colocaron sellos de suspensión en las tiendas, mientras la empresa —a través de un comunicado— aseguró estar “profundamente consternada” y prometió apoyo total a las familias afectadas, así como colaboración absoluta con las autoridades para esclarecer lo sucedido.
Por su parte, el gobernador Alfonso Durazo lanzó un mensaje de solidaridad en medio del dolor que embarga a Sonora: “Ninguna familia enfrentará sola este dolor”. Confirmó que dos cuerpos siguen sin identificar y que las víctimas reciben atención médica, psicológica y legal. El mandatario aseguró que su gobierno activó una ruta integral de apoyo, con servicios funerarios y acompañamiento emocional. Mientras tanto, la población exige justicia y respuestas inmediatas tras uno de los episodios más trágicos en la historia reciente de Hermosillo.
