El país vuelve a temblar, y no por un sismo: el Gobierno de México enfrenta una tormenta política y diplomática. A la indignación por el brutal asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, se suma ahora una nueva amenaza de Donald Trump, quien —según reveló NBC News— analiza lanzar ataques militares contra los cárteles mexicanos, a los que planea declarar como grupos terroristas.

El supuesto plan incluiría drones de ataque, agentes secretos de la CIA y comandos de fuerzas especiales operando en territorio mexicano, todo bajo el amparo de operaciones encubiertas. Aunque la Casa Blanca guarda silencio, Trump ya encendió las alarmas al afirmar que “México está controlado por los cárteles”, una frase que muchos interpretan como preludio de una intervención militar directa.
La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con firmeza: “México no permitirá ataques extranjeros”. Sin embargo, el fantasma de una guerra silenciosa se cierne sobre la frontera. Expertos advierten que, de concretarse, sería el mayor conflicto diplomático entre ambos países en décadas. La paz y la soberanía mexicana, una vez más, están bajo amenaza.
