Una ola de indignación estalló nuevamente entre yonkeros y comerciantes de segundas tras la instalación de un duro filtro de revisión de la Guardia Nacional y la AEI en la carretera Panamericana, kilómetro 21. Los afectados aseguran que los agentes no solo detienen vehículos sin descanso, sino que también exigen dinero a cambio de no “desaparecer” mercancía, convirtiendo el retén en lo que describen como una auténtica mina de extorsiones.

Dueños de negocios ubicados a escasos metros del retén denuncian que el campamento instalado por la corporación ha espantado por completo a los clientes. Uno de ellos afirmó que la vigilancia se ha vuelto tan intimidante que muchos prefieren no acercarse, dejando a los comercios prácticamente paralizados. Con desesperación, piden la intervención inmediata de los mandos militares para desmontar el punto de revisión que, dicen, está asfixiando la economía local.

Los comerciantes aseguran que este retén es solo una pieza del cerco, pues se suman otros dos filtros más en la misma carretera: uno operado por agentes federales y otro por personal militar en la zona de Precos de Samalayuca. Señalan que, entre los tres, han convertido la vía en un corredor de revisiones y obstáculos que mantiene al sector comercial al borde del colapso.
